martes, 5 de febrero de 2013

Natalia jugaba a hockey, le encantaba. Disfrutaba como una enana jugando, incluso viéndolo. El hockey ha traído a su vida parte de sus mejores momentos. Le ha enseñado mucho. Le ha enseñado la fuerza del compañerismo, le ha enseñado lo que es el amor, le ha enseñado a ganar y también a perder. Había aprendido a disfrutar en los partidos desde el primer minuto hasta el último, aunque el marcador fuera completamente en contra. Le ha hecho sentir desde rabia hasta satisfacción, pasando por tensión y orgullo, todo tipo de sentimientos y sensaciones. El hockey ha estado siempre ahí, cuando todo iba mal, cuando nadie era capaz de ayudarla él lo hizo. Es una gran ayuda a veces. Entras en la pista, empiezas a patinar lo más rápido que puedes y sientes como el aire impacta contra tu cara, golpeas la pastilla, olvidas los problemas, te desahogas. Todo esto siempre junto a un equipo que es como una gran familia, como su segunda familia, sus LÓSTREGOS. Este deporte le ha hecho conocer a gente realmente increíble.


















Pero últimamente no tiene mucho tiempo y las circunstancias le habían hecho perder la ilusión, ya no era lo mismo, no le apetecía ir a entrenar. Lo bueno es, que como he dicho, su equipo es como una gran familia y ellos tiran por ella, porque ni ella quiere dejarlo ni ellos que lo deje, ellos la apoyan y la entienden. Poco a poco recupera las ganas. Vuelve a incorporarse con más ganas. De vez en cuando mira las fotos y extraña esos momentos, solo espera poder volver a vivir otros similares cuanto antes. Sueña con jugar, viajar, mejorar y ante todo, disfrutar.

Muchas gracias, gran equipo.

3 comentarios:

  1. Pásate por mi blog, hay una pequeña sorpresa para ti, estás nominada :)

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  2. Aprovecha,aprovecha,aprovecha.
    Serán parte de los mejores momentos de tu vida. Tendrás los mejores recuerdos a pesar de que en el momento inicial lo hayas podido pasar mal. Aprenderás muchos valores de la vida, que aunque no los veas, algún dia te darás cuenta, y te harán sonreir. Valorarás no el trofeo, si no el esfuerzo que te ha llevado a conseguirlo, y sobre todo, a todos aquellos que te han apoyado para alcanzarlo. Conocerás tal vez a mucha gente que forme parte de tu vida, y aunque las circunstancias de la vida os separen, os alejen o no os veáis, sabrás que estarán siempre ahí. Y cuando lo recuerdes, simplemente sonreirás.
    Porque, tal vez mañana, en dos años, en 10, o tal vez nunca, dejes el hockey y te alejes de él. Pero sabrás que de él te llevarás lo mejor, que son tus años de juventud llenos de vivencias que son tuyas, solo tuyas y que habrán enseñado a crecer como persona.

    Disfrútalos, porque cuando pasen los años y veas tu viejo palo en el rincón de tu habitación, o desdobles sin querer una de las camisetas de la equipación, o simplemente encuentres entre tus libros esa foto olvidada, te darás cuenta que les debes parte de lo que eres y te sentirás orgullosa.

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  3. Muchas gracias. Sí, ya me pasa ahora, cada vez que veo las fotos de los viajes o rememoro cualquier recuerdo, así que no me quiero imaginar más adelante. Y sí, puede parecer una tontería, pero el hockey me ha ayudado mucho y he aprendido cosas aplicables a la vida

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